viernes, 9 de octubre de 2015

¿Revolución o humo? Tres tecnologías que te cambiarán la vida (o no)

Desde que la tecnología empezó a copar nuestro día a día, a todos nos encanta imaginar los escenarios que nos podría deparar más pronto que tarde.

Y el catálogo puede ser todo lo amplio que queramos: hologramas, inteligencia artificial, tecnología directamente implantada en nuestro cerebro... Una especie de galería futurista que provoca tanto el miedo de los escépticos como el entusiasmo de los tecnófilos convencidos.

Sin embargo, no todas las tecnologías acaban triunfando, por muy innovadoras que realmente sean. Y es que para copar el mercado no solo tienes que contar con un desarrollo avanzado, sino también demostrar cierta utilidad, adaptarte a los usuarios, tener un precio competitivo... una serie de condicionantes que no siempre se cumplen y que, por tanto, acaban enterrando múltiples desarrollos tecnológicos.

¿Revolución... o puro humo?

De hecho, en estos años estamos viendo algunas de estas tecnologías que, dependiendo de las circunstancias, podrán copar el día a día de cualquier persona... o resultarles totalmente insignificantes y acabar en el más cruel de los olvidos.

Y será en los próximos años cuando descubramos si gran parte de las tecnologías innovadoras que nos vuelven locos a día de hoy pasarán a formar parte (o no) de nuestro día a día.


1.- Internet de las cosas

Es una de las tecnologías más revolucionarias y, seguramente, más apasionantes. Sin embargo, también genera muchas dudas acerca de si será aceptada por los usuarios y triunfará realmente en el mercado.

Uno de los casos más claros es el de Google Glass: una auténtica revolución... ¿o una absoluta excentricidad? Y es que las famosas gafas de Google no solo son caras, sino que no parecen haber conquistado al usuario medio, que, más allá de la fascinación tecnológica, no demuestra demasiado interés.

De hecho, parece evidente que las gafas han muerto casi antes de nacer: ya no creen en ellas ni los desarrolladores ni el propio Google.

Tecnología tan fascinante... como inútil

Pero no son el único ejemplo. Google Glass constituye el mejor exponente de los 'wearables', una tecnología que, aunque fascina a todo el mundo, apenas parece tener demasiado valor añadido y suele acabar criando polvo... En resumen, que su utilidad real parece más que cuestionable.

¿Y qué pasa con las casas conectadas? Sí, a todos nos parece tremendamente fascinante que nuestro horno tenga wifi, que la alarma de casa esté conectada al resto de dispositivos y que nuestra nevera detecte qué alimentos nos faltan y los pida directamente al supermercado. Pero ¿de verdad podría triunfar eso?

Por el momento, el freno más evidente para todo esto es el precio, ya que contar con una casa inteligente nos costaría bastante más dinero del que seguramente estemos dispuestos a gastar.

Pero, incluso en el caso de tecnologías más económicas, como el Amazon Dash Button, la utilidad vuelve a ser puesta en tela de juicio. Seguramente convenza a los tecnófilos, pero... ¿y al resto del mundo?



2.- Robots: más pánico que amor

Otra de las revoluciones más inminentes pasa por la popularización de los robots, una especie de seres cibernéticos realmente revolucionarios pero que, quizá por su mitología cinéfila, generan tanta pasión como incertidumbres.

Porque a todos nos parecería genial tener robots que conduzcan por nosotros o que hagan tareas que no nos apetece hacer, pero vayamos al grano: ¿podremos permitirnos pagar lo que valgan? Y en caso de que sí, ¿nos perderemos en un debate (quizás absurdo) sobre alguna de las posibles implicaciones éticas de contar con un robot humanoide?

¿Nos quitarán el empleo?

Pero vayamos más allá: ¿y nuestro trabajo? ¿Estará en peligro por culpa de los robots? Y es que llevamos años empezando a abrir el debate sobre los (posibles) peligros de la automatización del empleo, pero parece que nadie se pone de acuerdo.

¿Perderemos gran parte de los empleos no cualificados? ¿O al final sustituiremos esos por otros nuevos? Y en caso de que los sustituyamos, ¿serán suficientes? ¿Y para quiénes serán esos nuevos empleos? ¿Para las personas menos cualificadas? No lo parece. ¿No acabaremos dividiendo a la sociedad entre los trabajadores no cualificados que irán al paro y los (pocos) cualificados que se ocuparán de los robots?


3.- Coche autónomo: ¿de verdad es posible?

Este es el último 'hit' de la industria tecnológica. El coche autónomo de Google ha hecho que todos nos sumerjamos en una especie de maravilloso escenario futurista que nos sitúa ante el futuro de la conducción y de la seguridad automovilística.

Pero ¿está todo tan claro? En realidad no, y no solo por el precio. Porque es evidente que una conducción automatizada parece la mejor opción ante los predecibles fallos humanos, pero ¿qué pasará cuando un coche de conducción autónoma interactúe con conductores reales? ¿Y si se produce un accidente?




¿Y si el coche decide matarte?

Pero no acaba ahí el debate. Porque, ¿qué pasa si el coche autónomo detecta que estás en peligro y decide que, si mueres tú, se salvarían muchas más personas? ¿Debería matarte tu propio coche?

En cualquier caso, parece que en el aparente futuro del coche autónomo aún hay demasiadas preguntas que hacerse. También lo hacen dentro del propio Google, donde han presentado una serie de patentes en las que dejan claro que el coche autónomo no siempre podrá tomar el control e incluso aclaran hasta siete situaciones en las que dicho automóvil no piensa arriesgarse por ti.

Al final, nos encontramos ante un escenario dicotómico: por un lado, mostrándonos alucinados ante la indiscutible revolución tecnológica que suponen muchos de estos desarrollos; por otro, sin embargo, debatiendo si dichos desarrollos serán compatibles con nuestros modelos sociales, con nuestras tendencias y, también, con nuestro bolsillo.

Fuente: elconfidencial.com



No hay comentarios.:

Publicar un comentario